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LAS FIESTAS DEL ANGEL (LA VAQUILLA)
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La Vaquilla del Ángel es   la fiesta tradicional de mayor arraigo en la ciudad de Teruel cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Antecedentes los hay en abundancia porque en Teruel fue siempre normal correr los toros, pero lo que parece que está claro es que hunde sus raíces en época medieval y que ha ido transformándose a lo largo de la historia.

Ya en vida del Venerable Francés de Aranda (1356/1441) era costumbre llevar a la cárcel de la ciudad varios toros para que fueran capeados por los presos y muertos después para su consumo. Debido a la bravura de las reses eran transportados atados con dos fuertes cuerdas para impedir que se desmandaran. La gente que se hallaba por las calles, encontró un aliciente emocional en la provocación a los astados por los lugares donde pasaban, amparados en la seguridad de las maromas. Cuando eso se extendió los que los conducían aflojaban cuerda para que pudieran avanzar y asustar a la gente. Es posible que así naciera la Vaquilla Del Ángel.   Con esos antecedentes y diversas épocas de prohibición a lo largo de la historia, llegamos a nuestros días en el que La Vaquilla del Ángel es una fiesta variable y se desarrolla el segundo domingo después de San Pedro, o el más próximo a San Cristóbal, en el mes de julio, desde el sábado al lunes.

Comienzo de la Vaquilla del Ángel
 

El rezo de la Salve es   el inicio oficial de la fiesta, aunque no es hasta la primera hora de la tarde cuando se inicia popularmente. Cuando el reloj da las cuatro y media, el alcalde sale al balcón del Ayuntamiento para proclamar:   “¡Vaquilleros, la Vaquilla es vuestra!, que suene el campanico”. Se refiere a una pequeña campana que se halla en el tejado del Ayuntamiento y que sólo suena en esta ocasión.     Pero sin duda,   el mayor momento de emoción es el de ponerle el pañuelo al Torico, pues todas las personas de la plaza vibran en ese momento de clímax, momento en que la plaza estalla de júbilo y las charangas suenan a tope, propagando la alegría de tres intensos días de fiesta.   La fiesta en la calle   Los turolenses se echan a las calles y las   19 peñas inician sus actividades tanto en sus locales (ubicados en diferentes calles y plazas de la ciudad y cuya entrada es libre para todos los visitantes), como por las calles con sus respectivas charangas. En los locales de las peñas se come, se bebe y se baila con las diferentes orquestas en una verbena interminable.

 

El Domingo 

 

En la tarde del domingo todos los peñistas y gran cantidad de turolenses se concentran en la Plaza de Toros para conocer los cuatro toros que recorrerán las calles de Teruel el lunes y para celebrar la tradicional merienda. Peñistas, grupos familiares y de amigos probarán el rico “regañao” de jamón o de sardina junto a otras delicias, que regarán con abundantes bebidas.   En este acto es cada vez más habitual que los asistentes a la plaza lo hagan disfrazados, lo cual le da un mayor colorido, si cabe, a la fiesta. 

 

Las Vaquillas 

 

Durante las  noches del sábado y del domingo se celebran en la plaza de toros  suelta de vaquillas pertenecientes a las más afamadas ganaderías tanto locales como nacionales, también se puede disfrutar de un toro de fuego cada una de las noches. Los Ensogados El lunes de la Vaquilla el protagonista es el toro, ya que a las 5 de la mañana se produce la espectacular la salida del primer toro a la plaza. Uno a uno, los cuatro toros ensogados se trasladarán desde la Plaza de Toros hasta la Ronda, acompañados por cientos de corredores. Los toros de esta fiesta no van sueltos por la calle, sino que van amarrados por cuerdas que se conocen como la   Soga y la Baga. Los toros llevan ya la soga puesta, anudada a la testuz. Es impresionante la salida del toro de los toriles con toda su fuerza y verle envestir a un muñeco de paja, en ese momento se le añade la baga  que es otra cuerda que limita más los movimientos del toro. Hay un grupo de personas que son los encargados de realizar todas estas labores, son los miembros de la soga y la baga; personas que respetan y aman al toro y que lo dominan para evitar percances a los vaquilleros. A las 11 de la mañana, serán los más pequeños, acompañados casi siempre por sus abuelos, los que puedan disfrutar de pequeños becerros ensogados en la plaza del Torico.   A partir de las  18:00 h. los toros ensogados corridos por la mañana recorrerán las calles del centro.

El final de la fiesta
 

 

A la fiesta se pone fin con una gran traca, la quitada del pañuelo al Torico y las verbenas hasta que la noche acaba cuando ya despunta el sol del martes.